Foto: F. J. Martínez Prieto |
(I) EL ORIGEN
No se ha escrito
mucho acerca de los Cartuchos de Ortigueira. Personalmente tengo una intuición
de que proceden de algo más antiguo de lo que nos podemos imaginar. Aguardo que
algún investigador pueda abrir nuevas puertas a este respecto algún día.
Desde el siglo XIX
existieron en Ortigueira, pero también en Ferrol, lugar este último donde se
entregaban a los niños el día de Navidad y los pequeños los iban racionando
durante las fechas navideñas y alargando su consumo lo que resistían a la
tentación de algo que deseaban no acabase nunca.
Mi modesta opinión
es la de que para ubicar el origen de los cartuchos debemos analizar la
ubicación de Ortigueira en el aspecto geográfico, marino y comercial. Estamos
junto a unos puertos (Ortigueira-Cariño-Espasante), que tuvieron relaciones
comerciales con Europa, y por el sur llegaron esos barquitos de sal, que
formaron parte de la economía ortegana y de los que se conserva incluso alguna
pequeña foto. No podemos pasar este dato por alto, porque el lugar donde existe
también esta arraigada tradición se llama Santa Pola, a 21 kilómetros de
Alicante.
Como en Ortigueira,
cuando en Santa Pola quisieron buscar los orígenes de esta tradición se
remitieron a la Guerra Civil… hasta que comenzó una concienzuda investigación
en el archivo municipal donde se encontraron anotaciones en los Libros de Caja
del Concejo, referentes al llamado “día del cartucho”. En este sentido, el
documento más antiguo en Santa Pola es de 1886 (fecha semejante a la encontrada
en Ortigueira), y en ese año ya existía constancia del pago de 26 pesetas a don
José García López, confitero, “por los dulces para los exámenes en las
escuelas”, y en 1888 “por dulces para
las escuelas en los exámenes de diciembre último”.
En el caso de Santa
Pola los cartuchos van ligados a la Cofradía de Pescadores, al Concejo y a la
Enseñanza, y se entregan el último día de clase de los colegios. Algo que se
realiza todavía hoy, superando una entrega de 4000 cartuchos, frente a los
450-500 que se entregan actualmente en Ortigueira.
En Santa Pola el
cartucho tiene forma de cono (40 cm), se realiza en papel cometa (papel manila
y de colores se dice en la Imprenta de Fojo que los vendió en 1944), de
diferentes colores y tonalidades claras (naranja, rosa, verde, amarillo, azul).
La forma del cartucho se mantuvo invariable a lo largo de los años, aunque
–como en el caso de Ortigueira- se fuese variando su contenido. Antiguamente en
aquellos cartuchos había caramelos, confites, piñones… hoy en día son nueces,
caramelos, chucherías. En Santa Pola se tiene en cuenta a los niños diabéticos
o celíacos (algo que habrá que plantearse próximamente en Ortigueira).
En Santa Pola
después de entregar el cartucho a los pequeños, se entona un tradicional canto
que dice: “El día del cartucho estamos muy contentos con un cartucho grande
lleno de caramelos”. Y a continuación se añade el villancico “Ande, ande, ande
la marimonera…”
En Ortigueira el
cartucho tiene forma de caramelo gigante, se realiza igualmente en los mismos
papeles de colores, y su contenido fue variando a lo largo de los años,
adaptándose a las chucherías de cada momento.
La diferencia está
en el origen que nos consta –de momento- en la Catequesis Parroquial y en la “Asociación
de las Hijas de María”. Los datos más antiguos de la existencia de los mismos.
Mi sospecha, es que pueden proceder de algo anterior ligado a las cofradías de
pescadores, a algún tema militar de marina, o a alguna costumbre gremial con
motivo del tiempo de navidad.
Las fechas de
entrega de los Cartuchos difieren con respecto a Santa Pola. En Ortigueira son
en mayo (un detalle más sencillo y más ligado a las niñas que recitan poemas a
María en la advocación del Amor Hermoso), y en Reyes.
En la Fundación
Ortegalia a lo largo del pasado diciembre (2016) y presente enero (2017), se han expuesto en
cuatro vitrinas documentación de la primera mitad del siglo XX en referencia al
Belén de Ortigueira y a los Cartuchos. La Catequesis Parroquial y las Mujeres
que integraban el grupo de la Asociación de Hijas de María (en muchas ocasiones
compuestas por la misma directiva), dieron continuidad durante muchos años a la
tarea de mantener esta tradición. Esta Asociación de Oración y espiritualidad
nace en 1830 y se funda en Ortigueira a mediados del siglo XIX. Hemos de tener
en cuenta la dimensión caritativa de esta asociación de mujeres, que
continuaban el espíritu francés de la pobreza de San Vicente de Paul. En la rue
de Bac número 140 de París, se encuentra el lugar donde nacieron con motivo de
la aparición de María (la medalla Milagrosa) a las Hijas de San Vicente de Paul
(recordemos que un cuadro del siglo XIX que se conserva de este santo en la
sacristía de Ortigueira proviene de esta asociación). Era propio de ellas
realizar las canastillas con la ropa de los bebés para entregarla a aquellas
familias que carecían de lo necesario para afrontar el cuidado de los recién
nacidos. En 1917 era presidenta de la misma María Josefa García, vicepresidenta
Adelina Teijeiro (sucediendo a Asunción Teijeiro), Secretaria María Balteiro
(anteriormente lo fuera Socorro Romero), Tesorera Piedad Blanco, y Camareras María
Castiñeira, María Teijeiro y Mercedes Castiñeiras. Se conserva buena parte de
las actas y apuntes de sus reuniones.
Ya a mediados del
siglo XX se encargaron de los Cartuchos y pusieron todo o su esfuerzo durante
años unas mujeres de las que habría mucho que estudiar de su compromiso social
en Ortigueira, doña Cristina y doña María Teijeiro García. No solo gestionaban los
cartuchos, sino que facilitaban las compras a los curas de Luhia… que también conservaban esta tradición en sus
parroquias, y aportaron de su propio dinero para que todo se pudiese llevarse a
cabo. Pagaban además a don Manuel Fontela Garrote (y a Juan Fontela), que durante
años montaron el nacimiento. En 1947 doña
Cristina lega 1000 pts., las fiestas de Navidad recaudaran 1230 pts., la cajita
del nacimiento juntara 67 pts. Nunca la cajita del portal de belén alcanzó a
sufragar los cartuchos, como muestran los datos, pero quedaba muy chula con su
grabado francés. (continuará).
(II) LOS PRODUCTOS Y LA GESTIÓN DE LOS CARTUCHOS
El 4 de enero de 1953, don Jesús, párroco de Luhía, hacía
llegar la siguiente nota a doña Cristina Teijeiro García:
“Muy apreciable Cristina:Como aún no salgo más que para celebrar! La envío por el sacristán lo que se lleva recaudado para los cartuchos hasta la fecha, de cuyos cartuchos espero se encargue usted de confeccionarlos como siempre y principalmente este año que, por mi poca salud y exceso de trabajo, no me es posible encargarme de ensayos de los niños, recayendo todo sobre Usted todo el peso del trabajo de estos días, que Dios se lo premiará.Procurará contar lo recaudado, pero me parece que van en ese saquetón unas 1.032 pts. que es lo recaudado en Ortigueira hasta hoy. En esa cajita van unas 113 pts. que es lo recaudado hasta hoy en Luhía.En cuanto al número de cartuchos para Ortigueira, creo que serán como los demás años, pero para eso, entre D. Manuel y Usted sabrán los que son, así como se encargarán de distribuirlos el próximo miércoles, a la vez que este servidor tiene que ir a esas parroquias y no podré regresar hasta las cinco o las seis de la tarde.Quiero que me hagan para Luhía ochenta cartuchos, que si no alcanza lo que se recauda, que le abonaré yo lo que falte para ellos. Sin más por hoy, que siga mejorando de su salud y que la mía siga también…Jesús(Se hicieron 80 cartuchos para Luhía)”.
Los productos de los que se componían
los cartuchos fueron cambiando a lo largo de los años. En 1944 la señora María
do Prado, vendió 2000 galletas a 10 céntimos la galleta y con un descuento del
20% de la fábrica de bizcochos y galletas tostadas de Crisanta Piñeiro en
Cuiña. Firmó la factura doña María Dolores Pía. También en ese mismo año,
además de las galletas, los cartuchos albergaban cacahuetes, comprados en los
ultramarinos de M. Ribadeneira ("ultramarinos de Loza y Cristal", decía el
membrete). En total eran tres kilos de cacahuetes. Firmaba la factura María
Josefa Rivadeneira ("Josefa de Andrés", a quien las gentes de Ortigueira
recuerdan que adornaba su escaparate con guirnaldas, una zueca, campanas verdes
y plateadas, allí donde hoy están las oficinas de “Viaqua”). En ese mismo año
se compraban en el almacén de vinos y ultramarinos “al detalle, fábrica de
chocolates la Ortegana” de Santiago Puente, 21 kilos de higos, y cinco más de
cacahuetes. Me supongo que el haber comprado cacahuetes en dos tiendas distintas
podía tener la finalidad de contentar al máximo de comercios en la villa. Su
hija, doña Rosa Puente Alonso, nos recordó que esa fábrica estaba en la esquina
donde hoy está Santi y que luego se trasladó a la calle Curuxeira.
En 1945 los cartuchos, llevaban,
entre otras cosas, rosquillas, caramelos e higos. Fueron comprados en la
Confitería “La Victoria” (Victoria Pedre Verdeal), según el membrete
“especialidad para encargos, bodas, bautizos y gran surtido de pasteles”. Se
compraron allí 342 rosquillas, cinco kilos de caramelos a 15 pts. el kilo, y
una caja de higos a 45 pesetas el kilo.
En 1947 se repartían en Ortigueira
400 cartuchos, que valían 800 pts. En ese año la imprenta del papel de los
mismos era la de don Jesús Fojo (otros años de la papelería-librería Teijeiro
Gómez (Ana María y Rosarito)- así por ejemplo en 1953). En ese año se
distribuyeron 64 kilogramos de naranjas de la frutería de doña Otilia Blanco
(que luego sería cocinera del Escolar), la propia frutería vendería también 11
kilos y medio de caramelos, que costaron 299 pts. En ocasiones la fruta, en
ocasiones mandarinas o naranjas, se pedían a Coruña, y llegaban a Ortigueira a
través de las Empresas el Noroeste y el Oriente. En 1954 las mandarinas
provenían de la clásica y afamada frutería “La Valenciana”.
Durante la Guerra Civil no dejó de
haber cartuchos, e incluso ¡qué difícil debió de ser conseguir 200 panecillos
(45 pts. a don Eusebio Parapar) para repartir en plena época de racionamiento:
año 1939.
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Artigos publicados por Francisco Javier Martínez Prieto, párroco de Santa Marta de Ortigueira no semanario La Voz de Ortigueira en xaneiro de 2017.
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