 Graduada en Bellas Artes na UCM (Madrid, 2014), fixo unha estancia dun ano en Francia na École Superieure d'Art de Clermont Métropole (Clermont-Ferrand). Fixo o Máster de Fotografía e Proxectos Persoais en EFTI (Madrid, 2016) e o Máster do Profesorado na USC (Santiago de Compostela, 2023). |
Ten participado en numerosas exposicións colectivas: “PhotoEspacioOculto”, Espacio Oculto Madrid (2014), “Librarte” (Burgos, 2018), “Hacia dónde mirar” (EFTI, 2016). Festivais PA-TA-TA (Granada, 2017), Feira do Livro de Fotografía de Lisboa (2017), FIEBRE, Dispara Xestión Cultural (A Estrada, 2017), Libros Mutantes, Feria del Libro de Madrid, París Photo, Arles, Biblioteca Nacional PHE “Mejores libros de fotografía del año” 2019, categoría nacional.
Foi finalista do premio “Landskrona Foto Dummy Award 2017”, Landskrona Foto Festival (Suecia) e gañadora do premio de publicación “Fotolibro < 40” (2018).
Publicou o libro Archivo Arqueológico de la Arquitectura Encontrada (ed. PHREE + CAM) presentado na librería “La Buena Vida” (Madrid, 2018), e Atlas Ivlia (autoedición). E sobre todo, é a autora do cartaz do Festival Internacional do Mundo Celta de Ortigueira 2023.
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| Cartel do Festival do Mundo Celta 2023, obra de Bea Luengo |
Con Bea falamos para coñecer mellor o seu xeito de expresarse e comunicarse a través da arte.
—Fotografía, cerámica, poesía... Eres muy creativa. ¿Con qué arte te quedarías?
Me encanta el que haya varios medios artísticos relacionados y el hacer proyectos multidisciplinares, porque me permite experimentar, contar más allá. Para mí van unidas, sin separar un arte del otro, siendo algo abierto que escoges su forma según lo que quieres comunicar. Todo habla y según el mensaje, ayuda más una materia u otra, o varias que van dialogando.
—¿Por qué escribes poesía?
Es liberadora. Me permite soltar y encontrar un lenguaje más sutil, como una danza de palabras donde fluyes y puedes conectar.
—¿Qué mirada proyectas en tu fotografía?
La fotografía tiene algo mágico para mí y es que al tiempo que escogemos un pequeño punto y creamos un mundo en una mirada no vista que se revela, parte de la realidad se queda impregnada y ha estado ahí físicamente, su luz. Fotografío para guardar esa magia sencilla que encuentras en lo pequeño del día a día y es extraordinario. Esa experiencia del momento, lo que siento e imagino, intento representarlo en la imagen.
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| Son de sol, creación de Bea Luengo |
—¿Cual es tu proceso de creación?
Parto de procesos de mi vida, aprendo, me pregunto, siento, conversaciones y experiencias. De ahí me lleva a necesitar contarlo, comprenderlo de alguna manera, jugar descubriendo. El juego intuitivo. A veces he partido de querer pintar y disfrutar de mancharme con los colores, fluir con lo que va saliendo; o fotografío algo que me llama porque he imaginado algo. Después lo hago consciente. Miro qué símbolos han salido por azar, voy indagando en el proceso, experimentando y creando más allá. Esta parte me encanta. En esto soy muy científica, el arte y la ciencia para mí son lo mismo solo que en diferentes formas. Otras trabajo al revés. Imagino o se me ocurre algo a partir de lo que estoy viviendo que quiero contar de alguna manera y voy investigando con la forma de transmitirlo entre varios lenguajes. Soy de procesos creativos largos, de cocinar lento.
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| Bea Luengo no Escolar de San Claudio colocando a súa exposición (Foto: Luli Dopico) |
—¿Cómo transforma el arte tu vida?
Me ayuda a vivir. Creo que todas las personas son artistas maravillosas y la creatividad nos enseña a resolver lo que viene más abierto y diverso. Para mí la función del arte es animar a todas las personas a compartir su mirada más personal, a vivir y ser como quieran libres con mucho amor y que todas aprendamos juntas viendo tantas maneras de vivir, que nos expandan.
—¿Tienes alguna influencia de otros artistas?
Sí, totalmente. ¡Hay tantas! Las pintoras surrealistas me abrieron un mundo simbólico (Leonora Carrington, Ángeles Santos, Remedios Varo y Joan Miró), junto a Marc Chagall. También la ciencia, me inspiro mucho en cosas que leo de física, química o botánica. En fotografía nombraría a Masao Yamamoto, Rinko Kawauchi, Juanan Requena y Óscar Molina entre muchas personas. Por otro lado, Julie Desprairies como coreógrafa me ayudó a liberarme viendo su manera de entender la danza. Y en escritura Chantal Maillard y Maartje Wortel. ¡Igual podría hacer una lista enorme!
—Háblanos del cartel del Festival do Mundo Celta. ¿En qué te inspiraste?
Me inspiré en cómo veo Ortigueira, el por qué me quedé en esta tierra de cuento. Al tiempo, es cierto que partí de símbolos que suelo utilizar en mis proyectos porque me fascinan y son importantes para mí. Las estrellas, constelaciones y árboles, junto a la sensación de hogar, son elementos y significados que están en todos mis proyectos de alguna manera desde siempre. En este caso, intenté llevarme este lenguaje y adaptarlo al festival, a lo que he vivido y compartido gracias a él. Encontrarle su propia forma y un mensaje íntimo personal.
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Texto: Luli Dopico
Fotos: Luli Dopico
(Unha versión máis breve desta entrevista foi publicada no semanario La Voz de Ortigueira o 9.06.2023)
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